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Inanidad de Voluntad
-anverso y reverso-


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tan lejos como mi voluntad
miraremos a lo lejos
y entre las mil imágnes
escogeremos la más bella
para decidir que es la verdadera.
Para ti la esperanza

en tu mano llevas
la llave que abra
lejanas puertas que encontrarás
en este camino
que ahora emprendes.
Para ti la voluntad cortante,
el aliento suficiente o necesario

Acerca de Silvio (II):
Cuba pintada por un niño

A estos músicos se les va la cabeza. Mientras tomábamos ese café, que por cierto había traído de Nicaragua, me mostró una anotación propia que decía así:

“Con las pocas personas que he hablado al respecto (Humberto y Lyen), ambos han remarcado el respeto que se le tiene en Cuba desde siempre, pero al parecer parte de éste se perdió cuando mandó callar al respetable en uno de sus últimos conciertos en La Habana, cuando los asistentes al evento coreaban las canciones; “o cantan ustedes o canto yo”, parece que dijo el reputado músico…
A ver si en los pocos días que quedan, recojo alguna impresión más.”
Diario de Viaje de Oicangy, Agosto del 2006

Sinceramente me pareció desconectado de mis anotaciones, pero sin duda sucedió así. Si sólo hubiese tenido esta referencia de Silvio no lo habría oído jamás. En ese momento me imaginé a Silvio pintando cuba de forma caprichosa e infantil.

Continuamos la conversación, de fondo sonaba rabo de nube (1978), el niño seguía pintando nubes a su alrededor. Un año después nacería Oicangy.

Acerca de Silvio (I):
Silvio por Fidel

Mi amigo Oicangy bailarín profesional del norte de Mali me comentó que su compañía iba a hacer una gira por México y el Caribe. Le comenté que estaba revisando mis apuntes sobre Silvio y le pedí que recabara información dentro del mundillo artístico. La gira duró varios meses pero en Cuba tan sólo estuvo una semana. A la vuelta, después de haber recibido excelentes críticas, quedamos en su casa para que me contara.

Primero me habló de la situación de Cuba, de Fidel, que por lo visto está enfermo (ni idea, con mi edad no me quedan más ganas de sabor a telediarios ni olor a periódicos). Me mostró un artículo del Granma, conmemorando el 80º aniversario de Fidel Castro en el que Silvio decía:

“Fidel es un hombre que merece respeto por la transformación que ha sido capaz de concebir y llevar a cabo. Es una persona que ha entregado a nuestro país cada segundo de su existencia. Es un extraño Presidente que no tiene ni un sólo dólar en banco extranjero.
Silvio Rodríguez.
Cantautor cubano.
Diario Reformas, México, 21 agosto 2003”.

La revolución comenzó en enero de 1959, Silvio tenía 12 años. En el 58 vivía en el 530 de la calle san Miguel:

“Recuerdo que jugábamos a los soldaditos, que ya eran de plástico entonces, y existían dos bandos: unos eran los rebeldes y otros los casquitos (soldados de Batista, designados así por el casco metálico que llevaban). Había un soldado que era el “Che” Guevara, otro se llamaba Fidel Castro…”.
Silvio Rodriguez.

Con dieciséis hizo un dibujo de Fidel vestido de militar, posteriormente sirvió en las brigadas de alfabetización en las montañas y en la costa, … recordé un artículo en el que Silvio organizó una revista de poesía en la que decía escribir desde la revolución. Silvio cree en la revolución a pesar de ser una persona muy crítica con ella y Fidel supone un eje fundamental en todo esto. ¿En qué discrepará con Castro?

- ¿Quieres un café?
Asentí con la cabeza, que poco a poco volvía a la realidad.

Dos Carpatios
en Prunímides Amaneciendo

Achang-tumaya

Es una sensación que se crea cuando te dispones a oir música en un estado muy depresivo. Se da en todas las ocasiones en las que no aciertas con la música que te pones. La sensación amarga y decepcionada de ti mismo no te deja si acaso cambiarla y en contra de tu propia voluntad oyes al menos el primer tema hasta el final deseando que acabe de una vez por todas.

"...triste coloqué en el tocadisco aquel antiguo disco de jazz y en el mismo momento en el que sonó el primer sonido me quedé paralizado por mis propios recuerdos y tristezas, no podía dejar de pensar en todo aquello que me estaba asfixiando."

Gantrul Lenida, Música y soledad (1967)

Kutaundi

Aunque la lengua oficial del Zimbabwe sea el inglés, mi amiga Stella Rambisai Chiweshe escribió este poema en Shona. Ciertamente me costó mucho encontrar una traducción global a la vez que local. Por ejemplo el caso de la palabra "zvishoma" que traducido significa "lentamente" pero que culturalmente se ha entendido como "audaz" una característica positiva de las aves.Tichaonana! (nos vemos!).

Estar contigo es estar en la ciudad,
estar en el elemento neutral,
en el no sé, no contesto...
en el quizá de la espera.

Capacitarme de lenguaje insolente
pero pactado, capaz pero inútil
un elemento neutral,
una determinada ilusión incontestada.

Las palabras del tú y del yo
en la cama.
El inquieto sabor de la espera
la paloma más audaz
la que sólo escapa tras la
ventana de la cocina.

La Dama Takú

Texto traducido del Zarma (uno de los idiomas de Burkina Faso), como malinés no he encontrado dificultades en la traducción ya que en mi país también se habla este idioma. Mi amiga Marie-Simone SERI me dejó este poema que hizo con pedazos de textos que encontró en la papelera de un bibliotéca parisina, me comentó que le hubiera encantado conocer al compatriota que los había escrito.

Personalmente me encanta que los Burkineses se saluden por las plazas y autobuses de París, ¿ocurrirá igual en todos los lugares del mundo? ¿y con todos los habitantes del mundo?

I
La historia de Epopeya, nada qué hacer
un triste final para tan grande galardón,
un sintagma nominal apoyado en
pléyades de angustia.
No sé tal vez de algún sagaz balneario.

II
Dame tres patadas en el hígado
lo necesito, una por papá,
otra por mamá y otra más
por iluso... se vengaron de mi
pero yo no lo haré por venganza.

III
Takú ya me lo dijo, no serás
ni vengador, ni revolucionario,
serás un tambor andante, ...

IV
Bueno pues nada, a navegar,
ya me conozco esta estrategia,
recoge las cosas y salva
lo poco que te queda de suerte
y gástala en otras cosas.

Allí Silvio (III):
La Habana

[~audición previa: Resumen de Noticias - Silvio Rodriguez]

La Habana lo recordaba por su vuelta a la música tradicional cubana. Me reuní allí con Víctor Casaus [1] y me contó cómo Silvió y él habían tenido vidas paralelas, también me dijo que en su vida (como en la mía) las canciones de Silvio iban tomando importancia a lo largo de la historia, cómo no dejaban de aportar nuevas ideas a nuestra vida contemporánea. Me habló de mujeres (no tanto como Luis [2]) y género, me habló de caridad y austeridad, me habló de muchos planteamientos que allí en la Habana se convertían en plata por la entonación de sus palabras.

Y la conversación se convirtió en paseo y entre las palabras que se enrollaban en el cargado ambiente como humo. Descubrí las calles de La Habana Vieja (yo ha había estado allí de pequeño, en mi memoria imaginaria).

Y Victor de poesía... e íbamos por el centro.
Y Victor de cine... y llegamos a Miramar y unas putas.
Y Victor de literatura... y yo no sé si estabamos en Cuba o en Las Vegas, pero Victor no dejaba de hablar porque ya concía Cuba y sabía de mundo, o al menos eso decía él.

_________

[1] Victor Casaus ***
[2] Luis Eduardo Rumbaut

Allí Silvio (II):
Playa Girón

El barco que nos trasladó tuvo que hacer un recorrido largo ya que aprovechaba el viaje para hacer algunos negocios. Estuvimos en playa Larga, en algunos puertos muy humildes o en la misma playa. Cuando pasamos por Bahía Cochinos pude percibir una increíble inestabilidad. Había leído que el 17 de Enero de 1961 hubo allí un gran desembarco, mil quinientos soldados, entre americanos y antiguos soldados del ejercito de Batista que en dos días fueron vencidos y encarcelados.

Ya en Paya Girón pude trabajar con gran intensidad, además de las baremaciones rutinarias tenía programada una entrevista con Juan Pedro Nelson, un superviviente del ataque de Playa Girón que posteriormente sería un alumno de Silvio, el cual sirvió en las Brigadas de Alfabetización, otra de las “batallas” impulsadas por el régimen de Fidel. Estuvo en distintos lugares: en las montañas, en el interior de Cuba, hasta que llegó a Cienfuegos donde conocería a Juan Pedro.

- Como maestro era un poco desoldenado- comentó Juan Pedro. Pero tenía chispa, se dejaba el alma en que conociéramos las letras y la gramática. Lo que mejol se le daba era explicalnos la historia. Todos esperábamos ese momento en el que nos contaba cómo un astronauta que se llamaba Yuri Gagarin salía al espacio exterior.-

Siguiendo mis anotaciones le pregunté sobre muchas cuestiones que me llevaran a determinar temas relacionados con la alquimia, otras preguntas más personales. Llegó un momento en el que me interrumpió y me dijo: -no creo que él quiera que le hagan santo, más bien creo que le enfadaría mucho- en ese segundo me quedé clavado en la silla, en aquel bohío el tiempo se paró un instante, y de la frente de ese viejo hombre brotó una gran gota de sudor que le recorrió todas las arrugas de su cara. Esbocé una sonrisa y empezó a reírse sonoramente. Esa noche extraje importantes conclusiones, pero sobre todo daría un gran giro a mi forma de continuar con esta investigación. A partir de ahora me relajaría un poco más y dejaría que todo fluyese con normalidad. (añado:) También leímos algo de Martí y cantamos algo de Silvio.

Allí Silvio (I):
La Isla de la Juventud

Una vez allí, los ruidos, los colores, las formas, los olores eran distintos y lo eran porque aún contenían el pavor de lo desconocido. En otra parte del mundo vendía frutas donde siempre y no percibía lo bien que está una dentro de su burbuja.

Me instalé en un hostal cercano al puerto, e intercambié las sonrisas y el dinero suficientes para contrarrestar calor y sueño con comida.
Proseguí con el ron.

Borracho tal vez oí música, y me dejé llevar por sus calles. Me quedé encerrado en un servicio-lavadora que giraba. Justo en el centrifugado se llenó de líquido esponjoso, y en ese momento, astronauta irreflexivo, una mariquita subió por mis piernas susurrando, por mi espalda hablando, y llegó a mi oído gritando y me dijo que allí, en la Isla de la Juventud, convirtieron la cárcel en una escuela.

Me despertó el vuelo implacable de un colibrí-desayuno que poco a poco fue convirtiéndose en el ruido, color y forma de ayer.

Mañana saldría para Playa Girón y no había tomado anotaciones suficientes.

Silvio de oidas (III)

El mar se convirtió en aliento y ruido de fondo constante durante todo el trayecto. En aquellos atardeceres infinitos me dio tiempo de conocer algunas rutinas marineras y colaboraba siempre que era necesario / entendí en qué consistían algunos de los procesos y hábitos pesqueros / conocí demandas, críticas y quejas de los trabajadores de aquella flota pesquera / sin embargo no hallé en ningún caso coincidencias o magia, acaso casualidad, no obstante azar prístino de suave amargor, de fotografía en sepia...

]ã./
ooo

Una noche mientras paseaba por la cubierta conocí a un anciano que decía llamarse Sindo Garay en ocasiones, Chico Buarque o Rosendo Ruiz. No dejaba de referirse a él mismo utilizando distintos nombres de la Vieja Trova que posteriormente fui registrando a medida que iba recordando la conversación. Fue una de estas ocasiones en las que te sientes incapaz de asumir tanto conocimiento sabio. Y entonces fue cuando comenzó a hablar de Silvio como si fuera un joven de veintipocos años, me dijo que con su voz "desgarrada, aguda, y sincera" era una joven promesa. También dijo que no se creía eso de que iba a escaparse, porque era de los que creían en "la revolución de todos los días, la de levantarse sin rostro de cuento y la de acostarse sin rostro de héroe" decía. Aproveché para hacerle algunas preguntas claves con el fin de conseguir pistas que me llevasen a considerar este caso como una investigación Musicoalquímica, sin embargo el anciano consideraba esas preguntas de poco interés y cambiaba siempre la conversación hacia otro tema. Cuando le pregunté "¿existe algo en Silvio que no sea creíble o antinatural?" me dijo: "-!ay! ’helmano’ qué cosas me dise usté, no quiero hablar de magia ¡si aún no lo conozco lo suficiente!-". Fue justo en ese momento cuando la conversación se vio interrumpida por el chasquido del mechero.

Una vez consumido casi en su totalidad me ofreció unas caladas y se alegró de que las rechazase.

A la mañana siguiente, cuatro meses después de zarpar, llegábamos a ’Isla de la Juventud’ y me despediría del motopesquero Noriga-Yalp con la sensación del que se dejó olvidado algo pero no recuerda qué.


Silvio de oidas (II)

A la vuelta del viaje [1] a Chile continué con mi trabajo. Todo era más real con ella a mi lado. Revisando mis cartas, agrupándolas, encontré una de Benedetti, que por el año 1991 ya era una antigüedad. El papel se encontraba seco y frágil, y en el texto hallé de nuevo una señal. En ella comentaba como en una noche cenando con unos amigos en Cuba aparecieron dos jóvenes. Mario explicaba como uno de los jóvenes llamado Pablo cantaba con solemnidad, el otro -decía, lo hacía con franqueza. Hasta entonces no había observado que efectivamente "el otro" era Silvio, aunque no quedara reflejado su nombre no cabía ninguna duda de que era él.

Mario no se equivocaba, -la señal es clara, - me dije- debo encontrarlo. Pero en esta ocasión lo haría desde un barco que zarpaba de las Palmas, y al comienzo de mi viaje [1] percibí un poder nunca antes hallado ãunque muchos hombres habían hablado de él en cientos de textos. Esto retrasó la partida ya que los ungüentos y preparos para aislar la sensación, el valor específico de aquel poder, la alquimia en definitiva de aquella emoción ocuparía tarea y tiempo. Trabajé duramente para partir lo más pronto posible, los resultados fueron determinantes aunque no serían útiles hasta mucho tiempo después.

También Banedetti nos habló [2] un día sobre la voz de Silvio, decía:

su voz no es cálida ni grave ni particularmente seductora, sino más bien aguda, de un timbre casi metálico y sin embargo frágil. Al escucharlo, uno llega a temer que en cualquier momento se le quiebre, y ese riesgo ( que en su caso no es deliberadamente buscado sino más bien lo asume como algo irremediable) también forma parte de su extraño atractivo. [...] Quizá el secreto resida en que siempre transmite una gran sinceridad [...]

Una vez terminadas todas las comprobaciones zarpamos en el Noriga-Yalp, un motopesquero, mientras oía en mi reproductor de e-me-pe-trés ’La era está pariendo un corazón’. En ese momento sentí que estaba huyendo de algo.

___________

1. ’Al final de este viaje’, una canción.
2. Silvio por Benedetti .

Silvio de oidas (I)

[~audición previa a la lectura ]

Había escuchado algo sobre un joven que hacía cosas por Cuba, algo que atraía mi atención porque era música, alquimia y palabra. Decían que cuando hablaba se mostraba con unas sencillas formas pero que a pesar de eso en el tono de su voz había algo mágico. Así que no lo dudé dos veces y cogí el primer avión que me llevara a Chile.

Allí lo conocí, en un concierto multitudinario que haría que aquel continente estuviera formado por algo más que ciudadanos norteamericanos. Venía conmigo Pablo Espínola Ahmat, un musicólogo español muy amigo mio que deseaba conocer a Silvio. A tan sólo cinco minutos de estar allí, Pablo se volvió con lágrimas en sus ojos y dijo aquello de "...un pueblo olvidado este. Tanta gente aquí que existe, gente como tú y como yo... ¿ese abrazo nos corresponde recibirlo también a nosotros?".

Yo sinceramene no supe qué decirle, pero creo que entendió que nunca se podría devolver todo aquello que se les había arrebatado.

Oí muchas de sus canciones pero nada indicaba que hubiese alquimia en todo esto. Mientras escuchaba una canción llamada "Nuestro tema" observé que ahí abajo, justo en frente de mis zapatos había curiosamente una tortuga. Esto me recordó estrepitosamente a aquella historia que me contó mi compañero Richard. Seguí las instrucciones que entonces me indicó: -si-gue-a-la-tor-tu-ga...- Esta canción se convirtió entonces en un tunel, un camino que existía a medida que seguía su rastro.

La canción iba culminando y a su vez el camino se desvanecía; claro, yo estaba guiándome por la música, siguiendo cabizbajo a una tortuga, no sabía dónde me encontraba, así que levanté la cabeza, y Silvio en ese momento terminó de cantar. Mala suerte tuve, ya que choqué en pleno silencio con Na-lü (aunque en ese momento desconocía por completo su identidad) armando un gran escándalo, pero ella me besó, me cogió de la mano, y terminamos de ver el concierto juntos.

Más tarde revisando mis apuntes descarté que aquello fuera magia o alquimia, no correspondía con ninguno de los cánones establecidos. Lo más extraño fue que al conseguir la grabación de aquel concierto, descubrí que aquella canción no aparecía. Curioso, ¿verdad?.

Ün-dar Nat

De un lugar desconocido aún, partieron siete vagabundos con una sóla intención, aunque lo olvidaron a la salida. Ün-dar Nat les confió una serie de poderes: el poder curativo de la músia (Lumbar-siang), el poder de transmitir ideas a través de las canciones populares (Rapini-siang), el poder de tranmisión sinestésica a través de la música (Buan-kanyi-siang), el poder del comercio con la música (Siang-keend), el poder de inscribir la letra de una canción en la memoria (Ende-siang), el poder de no olvidar una canción (Buan-siang), y el poder de inventar canciones y cantarlas directamente (Sianyi-siang). Pero el poder fue corrompiendo a cada uno de ellos y él los maldijo con sendas maldiciones:

Además creó por error una octava maldición que el propio Ün-dar Nat calificaba de innecesaria, la Buang-ahgon.

Sianyi-buang

Esta maldición la llevaría consigo mismo Jansal Nebú, el cuál dio a conocer posteriormente las siete maldiciones de Ün-dar Nat. Consiste en una incapacidad de tipo psicológico que se manifiesta en algunos oyentes de canciones. Para estas personas es posible crear música y escuchar música con toda facilidad pero son incapaces de comunicarla con claridad. En el momento de canto existe un fenómeno sianyibuangico que les impide filtrar el sonido imaginado a sonido físico (de tipo vocal, no de tipo instrumental). Se denomina Sianyit a todo aquel que a pesar de tener cultura musical y creatividad para imaginar música son incapaces que expresar una idea musical.

Lümbar-buang

Debemos conocer las canciones curativas:

...en realidad sobre musicoterapia se habla ahora mucho pero eso existe desde que el mundo es mundo.
Bahú Bamba Lelë
La maldición provoca que una vez cumplido su efecto curativo la canción empieza a desagradar al paciente. No sin dejar un áspero sabor nostálgico.

Buang-ahgón

Cuando se comercia con canciones (ya sean Cunuemé o no) el autor estará destinado a no ser reconocido como compositor. Esta maldición costó mucho crearla, quizá la maldición más compleja en su alquimia, ya que Ün-dar Nat la consideraba innecesaria incluso contraproducente. Es un efecto que por su naturaleza está muy relacionado con la Endé-buang aunque no termina siendo exactamente igual. Quizá tenga más relación con su contraria, Rapini-buang ya que interfiere más bien en los sentimientos y no tanto en los sentidos.

Rapini-buang

Cuando la canción es más famosa por el autor o el intérprete que por la canción, la maldición hace que el autor viva en una eterna depresión, esa insatisfacción interna le llevará a la locura.

"Hoy se ha suicidado el famoso compositor, Kyut Ché Varagüe en su piso de Venezuela tras no poder soportar como todo el mundo hablaba de su obra sin ser conocidas sus actuaciones. Según la A.n.B.o. es un claro caso de rapinibuangus. Tristemente deja a muchos hijos huérfanos que no sabrémos quién será capaz de cuidar."

Maurdice Lemonaide. Le Monde, 1967.

Buan Kanyi-buang

Esta maldición afecta principalmente a las canciones que aparentemente se catalogan como "de poco interés popular". Son canciones que no deben ser oídas sino ’olidas’. La maldición hace que, fruto de su desinterés, el olor se disipe y nadie entienda sus sonidos.

En términos físicos podríamos hablar del efecto Kanyibuang y la Psicología del Sonido Olido expuesto por el Dr. Gung Jolin, premio Ëde-elét de 1789.

Buang-kreend

Quizá cuando inventaron esta maldición a nadie se le ocurriría que a su vez iba a beneficiar a los que comerciaban con la música. La maldición dice que cuando una persona no está instruida en música puede ser seducida por una canción buan-kreend por factores distintos de los puramente musicales. Uno de los factores determinantes es la "repetición". El individuo no instruido creerá fehacientemente que así son las "buenas" canciones y desde entonces consumirá sin pensar toda música similar. Es por ello que la A.n.B.o. declara en 1997:

"La canción que en una sola semana, en cualquier medio de comunicación, aparezca más de diez veces será considerada: [a] Cunuemé; y [b] Negativa para la saludo cultural del individuo".