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Trepárboles

Allí Silvio (I):
La Isla de la Juventud

Una vez allí, los ruidos, los colores, las formas, los olores eran distintos y lo eran porque aún contenían el pavor de lo desconocido. En otra parte del mundo vendía frutas donde siempre y no percibía lo bien que está una dentro de su burbuja.

Me instalé en un hostal cercano al puerto, e intercambié las sonrisas y el dinero suficientes para contrarrestar calor y sueño con comida.
Proseguí con el ron.

Borracho tal vez oí música, y me dejé llevar por sus calles. Me quedé encerrado en un servicio-lavadora que giraba. Justo en el centrifugado se llenó de líquido esponjoso, y en ese momento, astronauta irreflexivo, una mariquita subió por mis piernas susurrando, por mi espalda hablando, y llegó a mi oído gritando y me dijo que allí, en la Isla de la Juventud, convirtieron la cárcel en una escuela.

Me despertó el vuelo implacable de un colibrí-desayuno que poco a poco fue convirtiéndose en el ruido, color y forma de ayer.

Mañana saldría para Playa Girón y no había tomado anotaciones suficientes.

6 comentarios

Flor de.. -

pfffrrr..

no veah que coñazo el Bahü este de los cohones!

zzzZzZZzzzZZ...

mochuelo -

mira que te diga... a ver si espabilamos unos y otros, nos dejamos de gaitas y vamos actualizando, que ya está bien, carajo, que entre unas cosas y otras... sicos...

Ecnil -

vaya viaje! que envidia, ¿se va de algún color? a playa Girón me refiero

mochuelo -

a ver: el desayuno, supongo te sabría a poco...

las lavadoras se os están subiendo a la cabeza: pon el agua fría, que si no luego ya se sabe...

Flor de.. -

Como una hormiguita voy andando por tu espalda...

Hace un ronsito de esos?? He vuelto a casa! un besazooo

Luigi -

Es cierto que cuando se llega a un lugar desconocido, todo es distinto. Sobre todo las islas, raras tierras en medio del mar.

¿Qué marca de Ron bebes? Lo digo por los wc centrifugados y las mariquitas parlantes. Ya en serio, me gusta ese párrafo casi surrealista.

Bueno, ya nos contarás qué cosas te ofreció la isla.