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Trepárboles

En casa de Salif (III)

Aquella tarde había sido un poco más festera de lo que es habitual. En su casa habíamos bebido un licor que en secreto había comprado en el mercado, sinceramente estaba especialmente fuerte. Además, algunos amigos se habían unido a la fiesta, allí estaba Sissoko, Samake y Adama Kouyaté, todos al son de Salif.

Fue por la noche cuando lo descubrí levitando. Tocando el ngoni y cantando se había transformado en el hechicero que conocí a la entrada de su casa.

Cerré los ojos y me dejé llevar por esa amalgama de sensaciones que a mi edad, por otra parte, conllevarían aseguradas consecuencias a corto plazo. Recuerdo que decidí aprovechar ese cálido momento pasara lo que pasara. Son esas ocasiones en las que egoístamente no te importaría dejar de vivir.

Malí, país vecino del mío, no sería el mismo desde entonces.

6 comentarios

Malaka -

Jo.. Yo tampoco voy a poder ir y por la misma regla de tres.. el resto de grandes castores tampoco, tenemos excursión de papis. Sielos, mucha suerte (pa que no llueva) y que os lo paséis tan bien como siempre nos lo hacéis pasar.. Bechitos!!

Bahú Bamba Lelë -

¿Te han gustado los molinos? Entonces yo ya estoy contento, jiji!


Te prometo esa crónica, vamos a ver quién va.

Flor de... -

He visto tus Molinos en Amalgama, me han encantado, son magicos!

Siento no poder ir a la presentacion... me hareis una cronica, como la de LAC005.

Besakos!

Bahú Bamba Lelë -

Eh! y además aseguro que me estoy documentando, muchos de los datos son tan reales como la propia ficción, en serio.

Los amigos tienen nombre de japoneses pero son más de Mali que tú y yo juntos, jejejeje!!!

Flor de... -

Asi que eso era lo que escondia... hum

Salif tiene amigos japoneses! que internacional, jejejejje

inwit -

Joder, es que cuando Salif levita se pone de un estupendooo... :-)

Me está encantando esta serie.